Este libro nos pasea por los rituales de compra que forman nuestro día a día y en los que no siempre reparamos: probarse ropa, elegir souvenirs o acudir a las rebajas. También funciona como un atlas del paisaje comercial que nos lleva a recorrer grandes almacenes como Harrods, malls estadounidenses y tiendas estatales de la extinta Unión Soviética, sin olvidarse de las mercerías de barrio o el Rastro madrileño.
Comprar es pertenecer al mundo de los vivos: al final de nuestro paso por el planeta habremos creado lazos afectivos hacia ciertas marcas, tiendas y pertenencias casi tan fuertes como los que sentimos hacia las canciones que nos han acompañado en nuestra vida, y esto nos lo demuestran las referencias literarias y cinematográficas que desfilan por este libro, desde <em>Madame Bovary </em>hasta <em>En busca del tiempo perdido</em>, pasando por comedias como <em>Borat</em> o<em> Crimen ferpecto</em>. Los comercios han generado tantos vínculos sociales en los núcleos urbanos como los cafés o los templos, por eso este libro es también
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